UNA MASCOTA DIFERENTE

Las iguanas son reptiles fascinantes que cada vez ganan más popularidad como mascotas exóticas. Su apariencia prehistórica, su tamaño imponente y sus comportamientos únicos despiertan curiosidad y admiración. Sin embargo, tener una iguana en casa no es lo mismo que tener un perro, un gato o incluso un conejo: estos reptiles requieren cuidados muy específicos, tanto en su alimentación como en su hábitat y manejo diario.
Si eres principiante y estás pensando en adoptar una iguana, esta guía está pensada para ti. Aquí descubrirás todo lo esencial: desde cómo preparar su terrario hasta qué alimentos darle, cómo manipularla sin causarle estrés y qué señales vigilar para asegurarte de que se mantenga sana.
Conociendo a la iguana: una mascota distinta
Antes de hablar de cuidados, es importante comprender qué tipo de animal es la iguana. La especie más común como mascota es la iguana verde (Iguana iguana), originaria de zonas tropicales de América Central y del Sur. Son reptiles arbóreos, es decir, viven gran parte del tiempo trepando y descansando en ramas, y necesitan mucho sol y calor para regular su temperatura.

Algunos datos clave:
- Tamaño: pueden llegar a medir hasta 1.5 o 2 metros desde la cabeza hasta la cola.
- Longevidad: con buenos cuidados, viven entre 12 y 20 años.
- Carácter: suelen ser tranquilas, pero requieren tiempo y paciencia para acostumbrarse al contacto humano.
- Dieta: son herbívoras estrictas; no comen insectos ni carne.
Comprender estas características es fundamental, ya que cuidar una iguana es un compromiso a largo plazo.
Preparando el hogar: el terrario ideal
La iguana necesita un espacio amplio y bien adaptado, ya que en la naturaleza pasa su tiempo trepando y tomando el sol. El terrario debe simular su entorno natural lo mejor posible.
Tamaño del terrario
- Para una iguana joven: un terrario de 120 x 90 x 90 cm es suficiente.
- Para un adulto: se recomienda un espacio mínimo de 2 metros de largo, 2 metros de alto y 1 metro de ancho.
Muchas veces, lo más práctico es construir un terrario personalizado en casa, ya que los modelos comerciales suelen quedarse pequeños.
Temperatura y humedad
La iguana es de sangre fría, por lo que depende del ambiente para regular su temperatura. Necesitarás instalar:
- Lámparas de calor: una zona de asoleo de 32–35 °C.
- Zona fresca: entre 25–28 °C.
- Humedad: entre 65–75 %, que se logra con humidificadores o pulverizando agua varias veces al día.
Luz UVB
Indispensable para que la iguana sintetice vitamina D3 y absorba el calcio de los alimentos. Sin esta luz, desarrollará enfermedades óseas graves. La lámpara UVB debe estar encendida unas 10 a 12 horas diarias.
Mobiliario
Un recipiente grande con agua fresca para beber y, a veces, sumergirse.
- Ramas gruesas y resistentes para trepar.
- Plataformas o repisas para descansar.

Alimentación: la clave de su salud
La dieta es uno de los aspectos más importantes del cuidado de una iguana. Es esencial para que pueda vivir una vida larga y prospera. siempre teniendo en cuenta las siguientes clases de alimentos.
Qué debe comer
Las iguanas son herbívoras estrictas. Su alimentación debe basarse en los siguientes alimentos:

Verduras de hoja verde
col rizada, acelgas, hojas de mostaza, diente de león, berros.

Otras verduras
calabacín, pepino, calabaza, zanahoria rallada.

Frutas (con moderación)
mango, papaya, melón, fresa, manzana sin semillas.

Flores comestibles
hibisco, diente de león, caléndula.
Qué evitar
de preferencia tu iguana no debe de comer estos alimentos por el poco o casi nulo valor nutrimental aparte de posibles malos efectos

Proteínas animales
(huevo, carne, insectos, comida para perros o gatos).

Espinaca y lechuga iceberg
(aportan poco valor nutritivo y pueden afectar la absorción de calcio).

Cítricos en exceso
(son muy ácidos).

SUPLEMENTOS
Es recomendable añadir calcio sin fósforo en polvo sobre los vegetales, sobre todo en iguanas jóvenes en crecimiento.
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Higiene y cuidados básicos
Mantener una iguana sana también depende de la limpieza del terrario y del control de su entorno.

- Agua limpia a diario: cámbiala aunque no la haya ensuciado.
- Limpieza de heces: retíralas en cuanto aparezcan, ya que generan bacterias y mal olor.
- Desinfección semanal: lava el terrario y accesorios con productos seguros para reptiles.
- Baños ocasionales: algunas iguanas disfrutan de baños en agua tibia, lo que ayuda a su hidratación y muda de piel.
Manipulación y socialización
Una iguana no es una mascota para acariciar constantemente, pero sí puede acostumbrarse al contacto humano con paciencia.

- Empieza despacio: siéntate cerca del terrario para que se acostumbre a tu presencia.
- Manos firmes pero suaves: sosténla desde el pecho y las patas traseras, evitando tirar de la cola.
- Tiempo diario: dedícale unos minutos cada día para que asocie tu contacto con algo normal.
- Nunca la sujetes de la cola: es frágil y puede desprenderse como mecanismo de defensa.
Con el tiempo, algunas iguanas disfrutan estar sobre el hombro o pasear por la casa, siempre bajo supervisión.
Salud y señales de alerta
Como todo animal, las iguanas pueden enfermar si no reciben los cuidados adecuados. Presta atención a:

- Pérdida de apetito.
- Falta de actividad o debilidad.
- Manchas oscuras en la piel.
- Inflamación en las extremidades o mandíbula (posible enfermedad metabólica ósea).
- Dificultad para respirar.
Ante cualquiera de estos signos, lo mejor es acudir a un veterinario especializado en reptiles.
Juegos y enriquecimiento
Aunque no juegan como un perro o un gato, las iguanas también necesitan estimulación.
- Trepadores y ramas nuevas: cambia de vez en cuando la disposición de las ramas.
- Salidas supervisadas: en un espacio seguro y cálido dentro de casa.
- Alimentación creativa: esconder trozos de fruta o verduras en diferentes lugares del terrario.
Compromiso a largo plazo
Adoptar una iguana no es una decisión ligera. Requiere espacio, inversión en equipo (lámparas, terrario, alimentos frescos) y compromiso por más de una década. Sin embargo, quienes se adentran en el mundo de estos reptiles descubren un animal majestuoso, con rutinas fascinantes y una belleza que parece sacada de otra era.

Conclusión
Cuidar de una iguana en casa es un reto apasionante. Implica aprender sobre su naturaleza, respetar su comportamiento y proporcionarle un hábitat adecuado que le permita desarrollarse plenamente. Si estás dispuesto a dedicar tiempo y esfuerzo, tu iguana se convertirá en una compañera única, capaz de enseñarte paciencia, respeto por la vida silvestre y la importancia de valorar cada detalle de su mundo.
Recuerda: una iguana no es una mascota común, pero sí puede ser una experiencia extraordinaria.

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